lunes, 14 de febrero de 2011

Convenciones de Convicciones

El fín de semana previo a San Valentín, ha estado marcado en Sevilla por el encuentro de los integrantes del PSOE en su "Convención Municipal".

Aspectos tan importantes como ..........., no, no voy a hablar del contenido de la misma, voy a opinar sobre que es la misma y que debería ser.

Cualquier reunión de cualquier grupo político está repleta de mucha autocomplacencia, nos miramos todos entre nosotros buscando una complicidad que a veces no existe colectivamente, solo individualmente desde la perspectiva del personaje que eres o a quien miras.

No todas las ideas se comparten con la misma intensidad, es más, algunas no se comparten; quizá la sumisión de unos y otros por según que jefe inmediato tengan al lado observando sea la clave de este tipo de encuentros.

El jefe supremo envía en su discurso de manera subliminar las tareas que hay que seguir realizando para la consecución de unos objetivos anhelados, y eso está bien, normal dentro de la naturaleza de los políticos, aunque dentro del mensaje hay encriptado otro que se desarrolla de diversas formas según quien lo pueda percibir.

El mensaje principal no es para la militancia en sí, no , que va, es para la oposición y para la prensa, para que se publicite y se extienda su doctrina, o al menos la que se intenta "vender"; aunque entre sus filas siempre está el autoconvencido que necesita llenarse de más energía de grupo para seguir adelante.

Unos acuden por necesidad grupal, otros por obligación grupal, y otros sencillamente quieren intentar aprender algo más que política e ideología, quieren socializarse, de social, tratar con los demás, intercambiar conocimientos, pensamientos, ideas, propuestas, alternativas, todo aquello que le pueda enriquecer en su sabiduría.

Pero existe un pero, y es que algunos se contentan con lo vivido en dos o tres días como si fuera el maná deseado, y no es así,  solo van y vienen por la palmadita en la espalda: "chico/a lo has hecho muy bien"; olvidándose que no hay que convencer a los convencidos, sino a los incrédulos, a aquellas gentes que no tienen fe en lo que dicen unos u otros, porque se les demuestra día a día que sus problemas no logramos solucionárselos.

Por el grupo de los incrédulos y los sin fe, es por el que yo particularmente y muchos como yo, nos preocupamos de verdad; no es que no necesite de un baño de multitudes de mi misma ideología de vez en cuando, pero es que sabría a qué iría en ese momento; ni tampoco critíco destructivamente estos actos ni a quienes acuden, porque son necesarios para "X" objetivos, pero debemos saber que el verdadero trabajo está en la calle, con la gente, día a día; tenemos que dejarnos de charlas en las sedes con invitados excepcionales e irnos a la calle a oir a los ciudadanos y saber sus necesidades reales, ahí es donde se aprende de verdad a ser un político serio, creible y si tienes suerte: " Carismático ".

Definitivamente las convenciones de convicciones son insípidas, llenas de glamour y fanfárria.

¡¡ En la próxima seguro que estaré ¡¡

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